7A: SEGUIR TRABAJANDO POR LA SALUD Y LA ATENCIÓN SANITARIA EN TODO EL MUNDO

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El 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud. Este año la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha centrado el objetivo principal del día en el logro de una cobertura sanitaria universal. Si bien la propia organización señala los grandes avances que se están haciendo en todos los países del mundo en este sentido, también apunta que “millones de personas siguen sin acceso alguno a la atención de salud. Y muchas personas, que se cuentan también por millones, se ven obligadas a elegir entre la atención de salud y otros gastos cotidianos, como alimentos, vestidos o incluso un techo.”[1]

También para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la salud es uno de sus ejes centrales. De hecho, su objetivo número 3 busca, como dice expresamente “Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades”, para ello, sus metas señalan, entre otros temas, la necesidad de “lograr la cobertura sanitaria universal, en particular la protección contra los riesgos financieros, el acceso a servicios de salud esenciales de calidad y el acceso a medicamentos y vacunas seguros, eficaces, asequibles y de calidad para todos”.

El tema de la salud es complejo y amplio, cubre necesidades muy diversas “como altas tasas de mortalidad materna y neonatal, la propagación de enfermedades infecciosas y no transmisibles y una mala salud reproductiva.”  Por lo que, los ODS inciden, en especial, en la necesidad de “proporcionar una financiación más eficiente de los sistemas de salud, mejorar el saneamiento y la higiene, aumentar el acceso a los servicios médicos y proveer más consejos sobre cómo reducir la contaminación ambiental (…).[2]

En estos días, y teniendo presente la conmemoración del día 7, queremos recordar especialmente algunos de los proyectos que también en esta materia llevamos a cabo en Fundación PROCLADE, ya que es un área de especial relevancia para nosotros. Así, podemos mencionar, por ejemplo, el proyecto que estamos comenzando a implementar en Sudán del Sur centrado en la formación de recursos humanos en salud básica, enfermería y partería, como agentes de desarrollo local en un contexto de equidad y construcción de paz; el programa que desarrollamos en Uganda,  de atención sanitaria y formación en higiene para la población o el proyecto centrado en el acceso a agua potable y la formación en salud preventiva y organización comunitaria de mujeres que llevamos a cabo en la población de Fray Bartolomé de las Casas, en Guatemala.

Todos estos proyectos nacen del esfuerzo por conseguir que este la salud no sea un privilegio, sino un derecho humano fundamental tal y como señala la OMS en su constitución y que en este sentido incluya “el acceso oportuno, aceptable y asequible a servicios de atención de salud de calidad suficiente”[3], para todos en todo el mundo.