EL DESPERDICIO ALIMENTARIO SE CUELA EN LA CAMPAÑA ELECTORAL

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El Departamento de Incidencia Social que formamos PROCLADE, PROYDE y SED hemos puesto nuestro granito de arena para colar en campaña electoral la preocupación por el desperdicio alimentario y arrancar compromisos por parte de los partidos políticos. Así, tras una importante labor de incidencia a través de las redes sociales, preguntando a los principales líderes y partidos sobre su posición con respecto a este tema y sus compromisos para actuar en favor de su reducción, han sido varios los que nos han contestado, en la mayoría de los casos remitiéndonos a sus programas electorales.

Unas preguntas, las nuestras, que les llegaban desde una visión de justicia social: nuestros patrones actuales de consumo repercuten de forma negativa en las posibilidades de desarrollo de las poblaciones de países empobrecidos, ya sea por el uso desmedido que hacemos de los recursos naturales (llegando incluso a agotarlos) como por los impactos ambientales generados a partir de nuestra forma de vida consumista, en concreto en lo que tiene que ver con la comida desperdiciada, que en España ronda los 7,7 millones de toneladas al año.

Varios de los partidos y líderes nacionales han respondido a nuestras preguntas: el primero en responder fue Miguel Ángel Vázquez, de Por un mundo más Justo, quien se compromete a dos acciones concretas: hacer una ley como la francesa para que los supermercados y grandes superficies tengan que responsabilizarse de los productos alimentarios no vendidos (y que se dirijan a bancos de alimentos, a alimentos para ganado…); promover grandes campañas de divulgación y sensibilización para el consumo diario, algunas dirigidas a restauración. Concluye además asegurando que “es imprescindible un cambio de modelo de consumo a nivel global”. El partido como tal también nos respondió, haciendo mención a los tuits enviados por su líder.

Otra de las formaciones que respondió a nuestra campaña fue Compromís, que concurre en estas elecciones con Podemos en la Comunidad Valenciana. Nos recordaban en su respuesta que ya en 2012 su diputado en el Congreso Joan Baldoví presentó una moción contra el desperdicio de alimentos. Nos remiten a un programa de televisión en el que el diputado cuenta una experiencia personal que le llevó a proponer dicha iniciativa. La moción pretendía fijar por ley penalizaciones para aquellos que desperdician alimentos: “que sea más caro destruir alimentos que ponerlos a disposición de las personas que los necesitan”. La moción no prosperó, aunque todas las fuerzas políticas presentes en el hemiciclo, excepto una, apoyaron la propuesta.

Por su parte, UPyD, que en su día nos recibió en la fase de interlocución, también ha querido contestar a nuestras preguntas, remitiéndonos a las propuestas formuladas en este sentido en su programa electoral, concretamente, según dicen, en el apartado de Agricultura y de Infancia. Aunque les solicitamos más concreción, no obtuvimos más respuesta. En nuestro análisis previo habíamos destacado de su programa su propuesta de lanzar un “Plan Nacional de Aprovechamiento de Alimentos para reducir los excedentes de alimentos aptos para el consumo pero no para la comercialización” (capítulo 7 referido a la política social, concretamente a la atención de colectivos vulnerables). En los capítulos a los que nos refieren, en el apartado de agricultura encontraríamos la propuesta del “reforzamiento del recientemente creado Observatorio de la Cadena Alimentaria, para el seguimiento, asesoramiento, consulta, información, estudio y propuestas sobre el funcionamiento de la cadena alimentaria”. En el apartado de “Apoyo a la infancia” del capítulo 7 de su programa no encontramos, sin embargo, ninguna medida tendente a reducir el desperdicio alimentario.

Otro de los partidos que ha contestado a nuestras preguntas ha sido el Partido Popular, que tanto a través de su perfil oficial como de una cuenta de apoyo nos confirman que continuarán luchando contra el desperdicio alimentario a través de la estrategia del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) denominada “Más alimento, menos desperdicio”, que el pasado curso 2014-2015 avaló nuestra campaña de Educación para el Desarrollo “La comida no se tira”.

El último de los partidos en contestarnos a través de su perfil de Twitter fue el PSOE, que se comprometió públicamente contra el desperdicio alimentario, recordándonos también que ya en su programa incluyen una propuesta en este sentido, que nos mencionaban así en su tuit: “llevamos en el programa elaborar legislación específica yendo más allá de acuerdos voluntarios entre partes”.

También nos pusimos en contacto con Podemos, Ciudadanos, Unidad Popular, Izquierda Unida, Equo, En Comú Podem, Esquerra Republicana de Catalunya, Unió Democràtica de Catalunya, EAJ-PNV, Convergents-CDC, Democràcia i Llibertat, y sus respectivos líderes, pero no hemos recibido respuesta alguna.

Además, hemos pedido también a varias organizaciones que nos apoyaran en la campaña preguntando directamente o haciendo retuits, y la respuesta ha sido muy buena. Gracias a todas ellas.

Aunque, tanto en los programas electorales de los partidos que nos han contestado como en los que no, suelen incluir medidas para reducir el desperdicio alimentario, hemos echado en falta ir más allá de la realidad de nuestra crisis económica. Desde nuestras organizaciones pensamos que reducir el desperdicio alimentario es una cuestión que pasa por la transformación social de un sistema injusto que perjudica fundamentalmente a los países empobrecidos. El desperdicio alimentario influye, entre otros motivos, en el alza de precios al consumidor, que no pueden asumir las familias que viven en países receptores de ayuda al desarrollo, a pesar de que gran parte de los alimentos que aquí tomamos salen de sus tierras. Los gases contaminantes que emiten los desperdicio alimentario, además, provoca impactos medioambientales que pueden acarrear enfermedades y desastres medioambientales, frente a los cuales los países más vulnerables tienen una capacidad de respuesta limitada.

Gane quien gane estas elecciones, desde nuestro Departamento de Incidencia Social continuaremos trabajando para conseguir esa transformación social
a la que nos referíamos antes, y que necesariamente debe pasar por un cambio personal que nos lleve a cambiar los sistemas de consumo y consecuentemente, de producción.

Un trabajo previo

Este trabajo de incidencia en redes sociales llega tras un periodo previo de interlocución con los principales partidos y tras un estudio de sus programas electorales. Precisamente sobre ellos ya os adelantábamos algunas de las propuestas que se han reflejado (puedes ver algunas de sus propuestas AQUÍ), y que en ocasiones coinciden en mayor o menor medida con las aportaciones que en su día les hicimos llegar, y que puedes consultar pulsando sobre este enlace.