ANTE LO SUCEDIDO EN LA FRONTERA SUR

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Siguen llegando datos del grave acontecimiento acaecido en la frontera con Melilla. Siguen llegando imágenes de personas malheridas y de violencia contra ellas. Siguen llegando algunas noticias (muy pocas) de entierros a toda velocidad para que se olvide pronto, para que se borre lo que ya no se puede ver: una masacre. Violencia ejercida por países: España y Marruecos (este con el dinero de Europa en ese entramado que se llama “Frontex”). Hablan de defensa del territorio, pero es la punta del
iceberg de una cadena de injusticias que nace en países azotados por mil calamidades de las que somos responsables por acción u omisión, o por las dos cosas. Se les echa la culpa a las mafias, a los tratantes de personas, pero se lavan las manos los que hacen una política migratoria de parapeto y de vergüenza en pleno siglo XXI. Los que intentan saltar la valla son los más vulnerables de todos. No podemos olvidar que la mayoría de las personas mal llamadas “irregulares” (ningún ser humano lo es) entran a Europa por aeropuertos. Los que intentan saltar la valla son aquellos que ya no tienen nada que
perder, jóvenes subsaharianos, la mayor parte que quieren oportunidades para ellos y sus familias. Hay que exigir una investigación de lo sucedido. Pero también hay que buscar cambios más de fondo para evitar que tantas personas no se jueguen la vida en el salto de una valla o en el mar con embarcaciones totalmente precarias.

Pedimos a España y a Europa que se dejen de externalizar la seguridad de las fronteras a terceros países en los que no se va a garantizar ningún tipo de derecho. Pedimos que se promueva otro tipo de política migratoria que prime la seguridad de las personas, la protección de los derechos humanos y unas relaciones con otros países basadas en la justicia y
en la cooperación, como lo promueven nuestras organizaciones y los ODS. Tomamos prestadas unas palabras de Santiago Agrelo, que sigue siendo un profeta de la lucha por la justicia: “La culpa es de los muertos. Los violentos son los muertos. Los responsables son los muertos. Las autoridades de los pueblos sólo pueden felicitarse de haber conseguido que los violentos estén muertos, que los sin derechos estén muertos, que los sin pan estén muertos. Y se felicitan, y se aplauden, y se animan a continuar matando a jóvenes africanos sin derechos y sin pan […] Yo no puedo decir que los responsables de esas muertes son los Gobiernos de España y Marruecos; yo no puedo decir que los Gobiernos de España y Marruecos tienen las manos manchadas de sangre; yo no puedo decir que los Gobiernos de España y Marruecos llenan de víctimas un frío, cruel, prolongado e inicuo corredor de la muerte. No lo puedo decir, pero lo puedo pensar, y es lo que pienso. Adoradores del dinero a un lado y otro de la frontera. Adoradores del poder a un lado y otro de la frontera. Adoradores de la mentira a un lado y otro de la frontera. Violadores de pobres a un lado y otro de la frontera”.

Miguel Tombilla Responsable de Incidencia Política de Fundación PROCLADE

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