Hay muchas formas de ser solidario y no necesariamente tienes por qué irte al otro lado del planeta. Cada uno, en lo que pueda o lo que más le guste, puede encontrar su lugar y aportar algo para hacer una sociedad más justa y humana. Por aquí nuestros voluntarios nos dejan una propuesta de decálogo para vivir un verano solidario:
- Ancianos, enfermos o personas con discapacidad. Compartir nuestro tiempo con quienes están solos, enfermos o tienen algún tipo de dependencia física puede ser una experiencia tan enriquecedora para ellos como para nosotros.
- Turismo solidario y responsable. Viajar con conciencia solidaria es posible y hoy en día son muchas las ONG que cuentan con esta opción para las personas que buscan algo más. En familia o en solitario se puede disfrutar de este tipo de viajes adentrándose en la cultura del lugar, implicándose en las tareas y problemas de la comunidad o mezclándose con la gente autóctona. ¡Una experiencia diferente!
- Naturaleza. Un planeta saludable es la mejor herencia que podemos dejar a nuestros hijos. Desde pequeños gestos, como reducir el consumo de agua y energía, reutilizar o reciclar nuestros residuos, hasta grandes retos, como impulsar o colaborar en proyectos de agricultura orgánica, plantaciones de árboles o potabilización de agua, puede ser de gran ayuda para nuestra Madre Tierra. Todo cuenta.
- Animales. Los animales tienen sus propios derechos y debemos respetarlos. En muchas regiones del país existen asociaciones que acogen animales abandonados donde, muchos de ellos, llegan en condiciones deplorables. Si te encantan los animales y crees que te entiendes con ellos, quizá puedas acercarte a una de ellas y colaborar en lo que necesiten. Otra opción es adoptar una mascota… siempre y cuando te asegures que estás listo para un compromiso tan importante, y para tan largo plazo!
- Eventos solidarios. Seguro que conoces a alguien que organice un evento solidario este verano, ya sea un rastrillo, un concierto o una exposición. Acércate. Además de pasarlo bien, contribuirás a una buena causa. Tu presencia nunca está de más.
- Comercio Justo. El comercio Justo supone una opción alternativa de consumo que promueve una relación comercial justa y responsable entre productores y consumidores. En las ciudades existen varios puntos de venta, así que no dejes pasar más tiempo y compra alguno de sus productos que, además de ser de gran calidad, te ayudan a conocer de primera mano el género local de diferentes puntos del globo.
- Campañas de sensibilización. Las ONG no cierran por vacaciones y durante todo el año se mantienen activas para promover el bienestar social de las gentes y países más desfavorecidos. Puedes participar en la diferentes campañas y actividades solidarias que organicen. Tu labor será de gran ayuda.
- Apadrina. Cualquier momento del año es bueno para apadrinar un niño o un anciano. Si siempre has querido hacerlo, este es el momento. Nunca es tarde para dar un poquito de esperanza a quien más lo necesita.
- Refugiados. Desgraciadamente, en los últimos tiempos estamos viviendo una gran crisis humanitaria y miles y miles de personas se han visto obligadas a dejarlo todo para vivir una vida mejor. Tú les puedes ofrecer tu apoyo informándote en algunas de las plataformas ciudadanas que se han creado para ayudarles.
- Campos de trabajo y campamentos. Los campos de trabajo y campamentos solidarios son una de las alternativas de voluntariado más recurrentes en los últimos años. Tanto niños como adultos pueden pasar unos días disfrutando de la naturaleza o de la ciudad colaborando en diferentes actividades que promuevan una buena causa. La solidaridad no está reñida con la edad.