SEMBRANDO FUTUROS SOSTENIBLES: EL LEGADO DE PROCLADE EN BURKINA FASO

Con el cierre de un año repleto de desafíos y triunfos, también marcamos el final de nuestra intensa participación en el proyecto de Burkina Faso, «Mejora de la seguridad alimentaria de las familias vulnerables de Koudougou, mediante la producción y formación en horticultura y ganadería», que realizamos con el apoyo de la Diputación de Zaragoza. Un proyecto que, sin duda, dejará una huella duradera en la comunidad que ha sido el epicentro de nuestras acciones.

En el núcleo de esta iniciativa reside el anhelo de mejorar las condiciones productivas agrícolas sostenibles en diecisiete pueblos de Koudougou, destacando especialmente la atención y dedicación hacia la comunidad de Villy. En esta comunidad, se nos ha brindado un considerable respaldo y colaboración, especialmente gracias a la labor de los Misioneros Claretianos, que han estado tejiendo conexiones con la comunidad desde 2015.

Esta iniciativa transformadora con la creación y puesta en marcha de huertas y granjas comunitarias pioneras en avicultura, así como la promoción de la ganadería de producción agroecológica. La realidad de este territorio revela una marcada disparidad de género, y es por ello que el empoderamiento femenino, tanto en términos sociales como económicos, es pieza clave para el desarrollo individual y comunitario.

Con el afán de asegurar la sostenibilidad de las plantaciones y la capacitación de nuestros beneficiarios, nos hemos sumergido en actividades de producción y formación en técnicas productivas. Además, se han erigido Comités de gestión, conformados por las mismas personas beneficiarias, con el propósito de garantizar la continuidad y el éxito a largo plazo de las huertas y granjas comunitarias.

Este proyecto no es simplemente una intervención; es un testimonio palpable del compromiso de PROCLADE en la creación de soluciones a largo plazo. Con este esfuerzo conjunto, aspiramos no solo a mejorar las condiciones de vida de las familias vulnerables de Koudougou, sino también a sentar las bases para un modelo de desarrollo sostenible que pueda replicarse y extender sus beneficios a otras comunidades en el futuro. Es, en esencia, la semilla de un cambio duradero y una promesa de prosperidad compartida.

Miguel Ramírez

Técnico de Cooperación y Ayuda Humanitaria

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