DISPENSARIO PADRE CLARET: UN OASIS EN MEDIO DEL DESIERTO

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Un oasis en medio del desierto. Una imagen que recuerda muy bien al dispensario Padre Claret, ubicado en la Rivera Hernández, uno de los barrios de San Pedro Sula (Honduras) más castigados por la violencia y la falta de oportunidades. Allí, decenas de pacientes, sin apenas recursos económicos, tienen acceso a consulta médica y farmacia. Servicios muy necesario si se tienen en cuenta los deficientes servicios públicos de la zona: discontinuidad en la atención primaria, escasez de medicamentos, ausencia de especialistas… Una situación que unida a unas malas condiciones ambientales y la ausencia de canalización de aguas, hace que las enfermedades sean recurrentes lo que vulnera uno de los derechos humanos básicos: el de la salud, mencionado como parte del derecho a un nivel de vida adecuado. 

En este dispensario, apoyado desde España por Fundación PROCLADE, también se busca reforzar el trabajo que vienen haciendo los agentes comunitarios de salud a través de la complementación de su formación en temas de salud preventiva importantes para las diferentes comunidades, de formaque la población tenga una alternativa para su atención socio-sanitaria y además pueda ser parte activa en el cuidado de la salud de su propia comunidad. 

Así, esta formación se centra en la prevención de enfermedades y cuidados básicos de la salud; información y prevención sobre la violación de derechos; y orientación familiar para prevenir a niños y jóvenes frente importantes problemas de la zona como las maras, la paternidad prematura e irresponsable y el uso y venta de drogas. Todo con el objetivo de que sean parte activa en el cuidado de la salud de su propia comunidad y los programas se vuelvan autosostenibles, tal y como explica el misionero Porfirio Ruiz, uno de los pioneros de este programa y que lleva luchando en el país hondureño desde hace dos décadas. 

Pero el dispensario no es el único programa que lucha por ofrecer una vida digna a los más empobrecidos de esta ciudad hondureña… Los proyectos comprenden otros servicios como guadería y el Plan 20. Todo al alcance de los pobladores del ector que abarca la parroquia Inmaculado Corazón de María. Familias de bajos recursos que no pueden desplazarse hasta el centro de San Pedro Sula y que no tienen los recursos suficientes para poder pagar una atención en salud de calidad. Todo ello para que deje de verse como un desierto árido y empiecen a crecer brotes de esperanza.

Consulta aquí la noticia aparecida en La Prensa, periódico de Honduras