25 DE NOVIEMBRE: DÍA INTERNACIONAL DE LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

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“Ya sea en el hogar, en la calle o en los conflictos armados, la violencia contra las mujeres y las niñas es una violación de los derechos humanos de proporciones pandémicas que ocurre en espacios públicos y privados”. Así nos lo cuenta ONU Mujeres para el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Cartel 25N de llamada a la acción. Fuente: ONU Mujeres (2022).

Estas violencias se manifiestan de forma física, sexual y psicológica incluyendo: Violencia por un compañero sentimental, Violencia sexual y acoso, Trata de seres humanos, Mutilación genital, y Matrimonio infantil. Aunque afectan a todas las mujeres y en todas las partes del mundo, algunas mujeres y niñas son especialmente vulnerables, como aquellas que son más mayores, aquellas migrantes y refugiadas o aquellas de pueblos indígenas o minorías étnicas.

Desde Fundación PROCLADE, y junto con nuestras contrapartes claretianas de las regiones donde actuamos, tenemos presentes todas estas realidades a la hora de trabajar con la población local. Cooperamos para que en los proyectos que se llevan a cabo se tengan en cuenta estas realidades en todas las fases y en todos los ámbitos de los mismos. Independientemente de si los proyectos tratan la reducción de conflictos como tema principal, como si son de otros ámbitos que previamente puedan parecer más alejados, la violencia hacia las mujeres y niñas se puede dar en momentos y por agentes muy diversos. Tanto si el proyecto trata sobre la construcción de paz, como si es sobre agricultura o agua y saneamiento, estas situaciones se pueden dar entre las propias personas participantes del proyecto, o en actividades que pueden parecer tan sencillas como trasladarse hasta los lugares donde se realizan los diferentes tipos de formaciones a la población beneficiaria.

Tener presentes todos estos aspectos en la elaboración, ejecución y evaluación de los proyectos de Cooperación Internacional y Ayuda Humanitaria es esencial para reducir estas realidades. Para ello, es necesario impactar en las propias mujeres y niñas, pero sobre todo en el resto de los agentes y factores que perpetúan estas situaciones.

Aunque la eliminación de la violencia contra las mujeres y las niñas puede parecer inconcebible, no es así. Se puede reducir en gran medida desarrollando estrategias de defensa y activismo feminista de manera coordinada con el resto de ámbitos políticos y sociales. De hecho, que estos movimientos sean fuertes y autónomos es el factor más importante para impulsar un cambio real.

Por ello, tanto este 25 de noviembre como para todos los días del año, es necesario que todos y todas nos solidaricemos con esta realidad y defendamos los derechos de las mujeres y niñas de todo el mundo, pero también de nuestras realidades más cercanas.

Natalia Rodríguez Vinué

Técnica de Cooperación y Ayuda Humanitaria en Fundación PROCLADE

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