“Con voluntariado, unidos somos más fuertes”, ese es el lema de este año propuesto por Naciones Unidas.
Un lema proveniente de una gran verdad y que en estos tiempos complejos se demuestra que unidos somos más fuertes, que nos necesitamos y que necesitamos de todas las personas de buen corazón que regalan su tiempo, conocimiento, ánimo, esfuerzo, entrega, tesón y cariño en cada una de las acciones que hacen del mundo un lugar mejor.
Este 2020 nos ha tocado sobreponernos, han sido tantas y tantas las personas que han estado en la primera línea de batalla contra un virus que invisible sigue pasando entre nosotros y recordándonos que sólo trabajando juntos, unidos y pensando en los demás, podemos combatirlo.
En esa primera línea, millones de personas y cientos de disciplinas profesionales para que todos pudiéramos hacer una vida: la persona que conduce el autobús, la persona que nos cobra en el supermercado a la persona que nos atiende en un hospital cuando nos encontramos mal, y entre todo lo vivido, sin hacer ruido pero dejando huella, cientos de voluntarios y voluntarias han seguido trabajando, ayudando a quienes más lo necesitaban y necesitan, trabajando más que nunca.
En todos los lugares del mundo el voluntariado ha hecho frente a la pandemia, pero también han seguido haciendo todo su trabajo, el que ahora parece tan lejano, el que se hacía antes de marzo y que sigue siendo vital.
