VOLUNTARIOS/AS, GRACIAS

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Cada año, el 5 de diciembre se celebra el Día Internacional del Voluntariado, un día para recordar y celebrar la solidaridad y el trabajo desinteresado de miles de personas en todas partes del mundo. Dice António Guterres, secretario general de la ONU al respecto: ‘Por su diversidad de funciones y su dinamismo en la promoción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el voluntariado merece recibir un apoyo firme de los Gobiernos y otras partes interesadas. En este Día Internacional, doy las gracias a las voluntarias y voluntarios por sus esfuerzos para no dejar a nadie atrás.”

“No dejar a nadie atrás” es el lema más repetido de los objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 (ODS2030) y es que, el firme propósito de alcanzar todas las metas que componen esos objetivos, hacen más fuerte aún si cabe el compromiso de voluntarios y voluntarias que ponen su conocimiento, su esfuerzo, su apoyo y siempre su inagotable cariño en las labores que realizan en sus diferentes organizaciones.

En Fundación PROCLADE contamos cada año con cerca de 200 voluntarios y voluntarias que hacen posible, junto con el equipo técnico, el Patronato y los beneficiarios de los proyectos, cambiar y mejorar la vida de cientos de personas. Ese voluntariado tiene muchas caras, y cada uno una historia personal detrás y un bagaje profesional que conforman grupos y equipos de trabajo multidisciplinares y diversos.

        

Las organizaciones, y PROCLADE entre ellas, somos conscientes de que el voluntariado ha de ser flexible y debemos ofrecer diversas alternativas de acción voluntaria. Cada persona apoya en la medida de sus posibilidades y por ello se han de diversificar las opciones, ya que de este modo ayudamos a que el voluntariado crezca.

No debemos olvidar que el voluntariado no sólo es cosa de “aquí”, en nuestro caso España, donde nuestros voluntarios y voluntarias participan activamente en los grupos locales trabajando en sensibilización, comercio justo, labores administrativas e incluso participando en experiencias misioneras en otros países durante unas semanas, sino que también el voluntariado se da “allí”, en los países en los que trabajamos y a los que apoyamos, donde muchos miembros de las comunidades participan activamente cada día y, por supuesto, ayudan a cambiar la, muchas veces dura, realidad de la que forman parte.

     

Dicho todo esto, algo sí es seguro: el voluntariado, sea donde sea, o se realice donde se realice, tiene siempre elementos comunes: el compromiso, un gran espíritu solidario y, por supuesto, el deseo de cambiar la realidad que nos rodea.

A todo el voluntariado, nuestro más sincero agradecimiento por hacer posible cada día lo que a veces se piensa imposible. GRACIAS.

Francisco Carril Álvarez

Director de la Fundación PROCLADE