UNA EXPERIENCIA DE SOLIDARIDAD EN HONDURAS CON PROCLADE

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¡Hola amigos!

Queremos contaros Marisa y yo, Saturnina, la experiencia que hemos vivido este verano en Honduras, con otras cuatro voluntarias y el P. Javier Goñi.

Seguro que muchos sabéis que PROCLADE tiene una Campaña de Voluntariado Internacional durante los veranos para poder conocer algunos países en los que están desarrollando proyectos.

Este año ha habido voluntarios en India, Guatemala y Honduras.

Nosotras os vamos contar la de Honduras. Hemos estado del 6 de julio al 4 de agosto, otras compañeras han estado parte del mes de agosto.

La experiencia la preparamos con tres encuentros de fin de semana. El primero en Los Molinos y los otros dos en Colmenar. En ellos nos fueron poniendo en situación sobre la realidad que íbamos a encontrar; nos fuimos conociendo y preparando las actividades que luego tendríamos que llevar a cabo.

Con esta “iniciación” y una gran ilusión partimos el 6 de julio a la 1:30 de la mañana de Madrid a S. Pedro Sula. Era la primera vez que lo voluntarios hacían el viaje directo a Honduras. Este vuelo era nuevo, se había iniciado dos meses antes. Fue un viaje largo, casi once horas, pero más cómodo que otras veces, según el P. Goñi

Ya en Honduras, en la ciudad de S. Pedro Sula, nos estaba esperando Don Chito con su “busito” para llevarnos a Tela, ciudad en la que íbamos a tener la residencia. En este recorrido pudimos ya apreciar la riqueza natural de Honduras. Honduras está dividida en Departamentos. Nosotros hemos estado en el Departamento de Atlántida en la zona norte, junto al Caribe. La Capital de este Departamento es La Ceiba.

Tela, la ciudad que nos ha servido de base, es una de las más importantes de este Departamento. Hemos residido en una casa de la Parroquia junto al “Hogar de ancianos” con los que hemos compartido algunos ratos. Les gustaba que los acompañásemos.

En estas cuatro semanas hemos tratado de acercarnos a distintas realidades de este país que cuenta con unas gentes acogedoras, cariñosas y muy agradecidas.

— Hemos visitado a los niños apadrinados en La Ceiba; acompañados por la Hermana Rita que coordina con PROCLADE esta actividad. Ella hace el seguimiento de los niños durante el año y les ofrece las ayudas que precisan. Pudimos hablar y conocer a los niños y sus familias y ver la gran labor que se está haciendo. Agradecen muy amablemente la ayuda que se les presta y también cómo van notando la mejoría en muchos de los niños.

Hemos colaborado con la Pastoral Penitenciaria de Tela con la que hay una relación muy estrecha. Los voluntarios hondureños de esta Pastoral son un grupo muy fiel que acude a visitar a los “privados de libertad” dos veces por semana y nosotros les hemos acompañado en estas visitas. En ellas se hace una oración comentada del Evangelio del día. En el comentario participan activamente los privados de libertad y da pie después para estar un tiempo hablando con ellos. Algunos días hicimos alguna dinámica de grupo que facilitaba hablar de más temas. Con ello, nos ha permitido acercarnos a unas personas muy heridas por dentro y como dice el Papa Francisco que se encuentran en la “periferia”.

No podemos olvidar el Colegio de La Milagrosa en el que hay también niños apadrinados y los Claretianos tienen mucha relación con él por la labor llevada a cabo entre otros por el P. Pedro  que pasó sus últimos casi treinta año allí e impulsó numerosas obras sociales. Pidió, finalmente, ser enterrado allí. Su sencillo sepulcro está en el jardín de la Capilla de S. Pedro y San Pablo que también fue iniciativa suya junto a otras pequeñas iglesias en Tela y sus alrededores.

A propósito de lo que estamos comentando deciros que en este mes de octubre los Misioneros Claretianos van a celebrar sus 50 años de presencia en Honduras. Aquí en en Valladolid se encuentra el P. Julio Vivas, que fue uno de los Misioneros que fue cuando se inició la Misión y, es uno de los pocos que viven de esta primera experiencia. En Honduras hay, todavía, personas que lo recuerdan con mucho cariño.

— Otra realidad muy a tener en cuenta fue la visita a las Aldeas. Se iba en parejas a las distintas aldeas y se convivía con las familias, que estaban encantadas de poder acoger a las voluntarias. Aprecian mucho nuestra llegada y dan todo lo mejor que tienen. Allí se visitan las casas de la comunidad, interesándose por ellos y transmitiéndolos la alegría de sentirnos comunidad cristiana, compartiendo la misma fe. Ellos por su parte nos agasajan con algo fresco, que se agradece por el fuerte calor. Vemos la entrega generosa dentro de la familia, con 13 y 16 hijos que nos llamaba la atención.

No nos olvidamos de los niños, a los que visitamos en la escuela y con ellos se hacen dinámicas y juegos, divirtiéndose mucho. Son muy cariñosos, alegres y no se cansan de abrazarnos.

No podemos, tampoco, dejar de mencionar nuestras visitas y participación en los Centros de Biosalud: Siloé en Jutiapa y Claret en Arizona, donde desde hace unos meses está Anaclara.

Desde Arizona, que está a una hora escasa de Tela, nos propusieron visitar el Campamento del Jilamito donde cuando nosotros estuvimos, a mediados de julio, llevaban dos meses viviendo en tiendas de campañas para oponerse a la instalación de una Central hidroeléctrica y seguir disfrutando de sus recursos. Un ejemplo de lucha por la defensa de la Casa Común a la que nos invita el Papa Francisco en la Laudato Si.

También estuvimos un día en S. Pedro Sula donde empezamos el día, compartiendo el desayuno y conversando amablemente con Monseñor Ángel Garrachana, una verdadera autoridad moral en Honduras;  a continuación visitamos los proyectos de Asentamientos Humanos y Paso a Paso. Asentamientos Humanos tiene una gran variedad de actividades entre ellas El Dispensario de Salud, en el que se hace una gran labor social en una zona con grandes problemas de debido a la presencia de las “maras”. En este proyecto hemos colaborado este año la Parroquia Corazón de María de Valladolid. Estuvimos acompañados por el P. Porfirio, hombre muy cercano y de gran compromiso. Nos invitó a ir de nuevo a trabajar en estos proyectos. Nos decía: “vengan hay mucho trabajo y serán bien recibidas”.

En los días de descanso hemos visitado alguna de las zonas de su gran riqueza natural como las playas de la Ensenada y Triunfo de la Cruz, la cascada de PULHAPANZAK y el lago JOJOA.

Como se menciona anteriormente, Honduras tiene una gran riqueza natural, no exenta de problemas por el avance de la palma africana que está reduciendo la biodiversidad.

En los últimos días de nuestra estancia en Honduras visitamos los proyectos de Cerritos y Agua Chiquita en los que existen cooperativas de mujeres y hombres y mujeres que están ofreciendo alternativas a situaciones de precariedad. Hab
lamos con ellos acompañados por Don Jorge. Fue una experiencia muy gratificante con la que cerramos estas cuatro semanas de acercamiento a estas realidades tan distintas a las nuestras.

Pensamos que, aún dentro de las situaciones sociales difíciles hay esperanza y deseo por seguir avanzando por transformar su realidad. Necesitan nuestro apoyo, pero siendo ellos los que tomen la iniciativa.

Antes de despedirnos nos gustaría animaros a que deis el paso a los que hayáis pensado alguna vez compartir un tiempo en algún País del Sur o quizá al leer alguna noticia sobre ellos, podáis pensarlo. No os defraudará, seréis muy bien recibidos y os enriquecerá como nos ha pasado a nosotras. El lema del Domund de este año: “Se valiente, la Misión te espera”, puede contribuir a dar ese paso.

Nosotras estamos jubiladas pero de las otras cuatro compañeras, tres son muy jóvenes.

Damos gracias a Dios por haber podido realizar esta experiencia y a PROCLADE que nos permitió participar en ella.

Un abrazo para todos: Marisa y Saturnina