‘Sensibilización de la sociedad asturiana sobre el funcionamiento de la Banca Ética como herramienta cotidiana de cooperación al desarrollo y activación de la población como protagonistas de una economía solidaria y responsable’

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Ningún acto económico es neutral, ni siquiera los más cotidianos como el ahorro y el consumo. Las repercusiones en el desarrollo de los Pueblos empobrecidos y en la exclusión social que tiene el uso que hacemos de nuestro dinero hace necesaria una reflexión ética para optar por aquellos modelos que contribuyan a la justicia, la paz y el bienestar humano, y la movilización de la ciudadanía asturiana como protagonistas de estos espacios de economía solidaria.

Tanto en países del Sur como del Norte (como en España), la Banca Ética promueve el acceso a derechos económicos tan básicos como la concesión de créditos y microcréditos a personas y colectivos, cooperativas y pequeñas empresas, que no obtendrían financiación de un banco convencional por falta de avales, pero cuyo objetivo es viable, sostenible y ético. Esta alternativa financiera tiene como objetivo básico apoyar proyectos que busquen el crecimiento autosuficiente de personas y colectivos en riesgo de exclusión y maximicen los beneficios sociales, prestando especial atención en poner los recursos al alcance de las personas más pobres y a las organizaciones que trabajan con y para ellas.

Por lo tanto, este proyecto ha pretendido mostrar cómo el uso que se hace de nuestro dinero en la banca tradicional repercute directamente como causa y elemento mantenedor de la pobreza, la guerra y el subdesarrollo, valorar las alternativas existentes y las acciones personales y grupales que la población asturiana puede adoptar para cambiar esas situaciones, especialmente en este tiempo de crisis económica que puede servir de punto de inflexión para adoptar un sistema económico internacional justo, transparente, estable y socialmente sostenible.