Nos gusta creer que la educación es un pasaporte para el futuro. Y casi medio centenar de niños y niñas del barrio de Mpasa IV (República Democrática del Congo) ya tienen un importante sello en este pasaporte: la educación primaria. Estos pequeños forman parte de la primera promoción de Primaria de la Escuela María Inmaculada, situada en este barrio del extrarradio de Kinshasa. Allí, un total de 507 chicos y chicas reciben educación infantil, primaria y secundaria, a los que se suman los alumnos de formación profesional.

Muchos de ellos provienen de familias desplazadas o bien por el conflicto interno que continúa en el este de la República Democrática del Congo o por las migraciones de sus familias del campo a la ciudad en busca de un mejor trabajo

Aunque esta escuela ofrece clases desde 2011, y reconocidas legalmente desde 2013, el proyecto se inició hace ya 6 años. Forma parte de un plan de desarrollo integral que las Misioneras Claretianas están llevando en la zona y que se compone de educación, salud y desarrollo socioeconómico. Proyectos que no habrían sido posibles sin el apoyo, entre otros, de la Junta de Castilla La Mancha, el Ayuntamiento de Cartagena, la Diputación de Valencia, Fundación Bancaja, Summa Humanitate, la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio Claret de Madrid y nuestra delegación de Gijón.