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Durante la jornada del lunes 16 de julio, la segunda semana de la Reunión de Alto Nivel sobre sostenibilidad y Objetivos de Desarrollo Sostenible (HLPF) cambia de clave y amplía la reflexión. Mientras durante la semana pasada la Sala de Conferencias 4 fue la única en la que se desarrollaban las sesiones, esta semana, esta sala acoge los informes voluntarios de los países, pero el trabajo se amplía a la Trusteeship Council Chamber donde, de forma paralela, se llevan a cabo informes y diálogos de los grupos por zonas continentales. Concretamente, para este trabajo, el mundo se divide en Asia Oeste, América Latina y Caribe, Asia-Pacífico, África y Europa.
La sesión inaugural de este lunes la presidió Marie Chatardová, Presidenta del ECOSOC. En su presentación resaltó la importancia de que 46 países presenten de manera voluntaria sus informes sobre lo que está suponiendo la implementación de los ODS no sólo para el Gobierno respectivo sino para la totalidad de la sociedad. Presentaciones que nos ayudarán a responder cuáles han sido los logros y cuáles los desafíos que aún quedan por afrontar.
Tras la presentación de la Presidenta, los oradores coincidieron en la hora decisiva en la que estamos. Por primera vez en la historia, la totalidad de las naciones tienen una agenda en común para reconducir la historia de un mundo al borde de la inviabilidad por la utilización que la humanidad le está dando. Como la semana pasada, no se habló sólo de conservación de la naturaleza o de la importancia de las montañas, el agua, los bosques y el mar. Y es que el agua, la vegetación, la fauna marina, la biodiversidad… están en conexión directa con la alimentación humana, el trabajo, la energía y la realización del ser humano. En el fondo de los ODS2030 está un sentimiento de totalidad de la que el ser humano forma parte y que nos recuerda que toda la humanidad está unida y que ‘no podemos dejar a nadie atrás’. Sin duda, muchas líneas de convergencia con la Encíclica del Papa Francisco ‘Laudato Si’.
Los países, bajo la lupa
Siguieron los informes sobre Ecuador, Kiribati, Lituania, Mali, Grecia, República de Guinea, Mexico, Benin, Cabo Verde, Bahrain, Colombia, Eslovaquia y Vietnam. En todos los informes, realizados por delegados de cada país, no ha faltado una visión más que benévola sobre lo logrado en cada lugar. La presencia de la Sociedad civil a través de los ¨Major Groups¨ nos devolvió a la realidad contrastada. Ante las afirmaciones de Bahrain de que la igualdad entre hombre y mujer en el pequeño emirato lleva ya más de 100 años lograda, no faltaron las preguntas sobre el sentido de tal afirmación según las noticias que llegan sobre el trato claramente discriminatorio de la mujer. A Mexico se le cuestionó la afirmación sobre la promoción de los grupos más marginados, buscando la equidad, con una pregunta sobre el por qué se priorizan los intereses de las empresas mineras sobre los grupos indígenas. El informe sumamente positivo de Colombia, en concreto sobre el final positivo del proceso de paz, fue contratado con el recuerdo de las extorsiones, asesinatos y persecuciones que se están dando todavía en el país.
El grupo paralelo de zonas vino a resaltar, de una manera o de otra, la importancia de la cooperación intergubernamental y, en concreto, el papel del Sistema de Naciones Unidas. A la hora de hablar de diálogo y cooperación destacan claramente sobre los demás Europa y América Latina-Caribe.