LA SITUACIÓN DE LAS PERSONAS REFUGIADAS NECESITA YA UNA SOLUCIÓN

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Hoy lunes y mañana martes, se celebra la cumbre de Naciones Unidas sobre Refugio y Migración. Un encuentro ante el que no podemos mirar hacia otro lado: en nuestra cabeza, nuestro corazón y nuestras manos sigue la situación de millones de personas que cada año huyen de su casa buscando protección y una vida digna. Lo cierto es que los Estados tienen la obligación de proteger a las personas que huyen de conflictos, desastres naturales y otras circunstancias difíciles en busca de seguridad y dignidad. Sin embargo, son muchos los países y organismos que todavía están lejos de ofrecer esta protección. Por ello, son muchas las organizaciones e instituciones que han vuelto a alzar la voz para poner a la persona en el centro y proteger a estas personas.

Un grupo de organizaciones, entre las que se encuentran Entreculturas, Oxfam o Alianza por la Solidaridad, ha lanzado una serie de recomendaciones con especial hincapié en la situación de las mujeres y las niñas. Así, entre estas peticiones se encuentran que “se asegure que las mujeres y las niñas desplazadas puedan participar de manera significativa en todos los aspectos de las cumbres”; que se “garantice el acceso al asilo eficaz y mecanismos de protección legal para todos los migrantes”; o que se “ponga fin a la detención arbitraria y prolongada de los solicitantes de asilo y migrantes”.

Desde la Coordinadora de ONG para el Desarrollo de España también han lanzado a la comunidad internacional las que consideran cinco medidas necesarias ante “esta situación sin precedentes”. Unas medidas que pasan por “medidas necesarias para garantizar vías legales y seguras” o “reparto equitativo de la responsabilidad de los Estados para apoyar y acoger a las personas refugiadas”.

Por su parte, las entidades de la Iglesia tampoco se quedan atrás. CONFER, Caritas y Justicia y Paz se han sumado a un llamamiento realizado por Cartias Internationalis y Servicio Jesuita a Refugiados en el que se urgen a “abordar cambios concretos en el Sistema de Naciones Unidas” y se denuncia públicamente “las expulsiones y devoluciones forzosas”.