En un contexto marcado por la vulnerabilidad social y la inseguridad alimentaria, estamos desarrollando en Haití un proyecto con el apoyo de la Región de Murcia destinado a fortalecer la autonomía y mejorar las condiciones de vida de las familias de Nazon y Cazale. La intervención acompaña actualmente a 200 familias mediante acciones que combinan apoyo material, formación y participación comunitaria, con el propósito de generar cambios duraderos y sostenibles.
Con este proyecto se ha mejorado la seguridad alimentaria y el acceso a derechos básicos, prestando especial atención a mujeres, niñas, niños y personas en situación de fragilidad. Desde un enfoque integral, la iniciativa no solo responde a necesidades inmediatas, sino que impulsa la construcción de capacidades que permiten a la población afrontar los desafíos presentes y futuros con mayor estabilidad y autonomía.
Gracias a este proyecto, estamos entregando kits agrícolas y alimentarios, desarrollando formaciones en salud, técnicas agrícolas y autocuidado, y promoviendo prácticas que fortalecen la resiliencia comunitaria y el tejido social. Estas acciones se articulan para ofrecer un apoyo coherente y continuo que atienda tanto a las necesidades urgentes como a la generación de oportunidades a medio y largo plazo.
Uno de los avances más visibles es la mejora en el acceso a alimentos y productos esenciales. Las entregas periódicas, junto con el seguimiento constante del equipo técnico, permiten responder de manera efectiva a las necesidades diarias de las familias mientras se refuerzan las estructuras locales que sostienen el bienestar comunitario. Paralelamente, las formaciones están proporcionando conocimientos prácticos que las familias incorporan a su vida cotidiana, desde mejores prácticas agrícolas hasta herramientas de gestión familiar y cuidado personal.
El proyecto avanza gracias a un profundo compromiso comunitario. La participación activa de la población en cada fase del proceso está facilitando la apropiación de las iniciativas, fortaleciendo la cohesión social y garantizando que los aprendizajes continúen más allá de la intervención.
Hoy, la iniciativa está generando un impacto tangible en la vida de las familias de Nazon y Cazale. Mediante un acompañamiento cercano, la implicación comunitaria y una planificación adaptada a la realidad del territorio, el proyecto contribuye cada día a construir un entorno más seguro, autónomo y digno para todas las personas que lo integran.