ESCUCHA EL CLAMOR DE LA TIERRA Y LOS POBRES

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La celebración del Día de la Tierra, el 22 de abril, marca un fin de ciclo en el intenso recorrido que en los últimos dos años ha venido impulsando la Campaña ‘Si Cuidas el Planeta, Combates la Pobreza’ en torno a los diez puntos de su propuesta de Decálogo Verde. Para ello, en este momento culminante del proceso de sensibilización en torno al cuidado de la Creación y a la encíclica Laudato Si’ del papa Francisco, las entidades que impulsan la Campaña lanzan una invitación a “escuchar el clamor de los pobres y de la tierra”.

Con el recorrido por los diez principios, la Campaña ha intentado dar respuesta a ese clamor de la tierra y de los pobres que está ya presente desde el primer mandato del Decálogo, que nos pide “Apoyar la causa de los pobres” como hito de inicio en el camino a realizar. Se trata de un itinerario que, desde junio de 2016, ha ofrecido una constante reflexión e interrogación sobre nuestro modo de vida y nuestras prioridades, sobre nuestros hábitos de consumo, para valorar si van por encima de nuestras necesidades, gastando más bienes de los necesarios a expensas de las personas que carecen de lo indispensable, y si nuestro estilo de vida está contribuyendo a la crisis global que se manifiesta ya insostenible, tanto en términos económicos como medioambientales.

Esta llamada final a “escuchar el clamor de los pobres y de la tierra” es una invitación a compartir el itinerario propuesto en el Decálogo y a expresar nuestro compromiso con los empobrecidos. Es un objetivo en el que, según señala Laudato Si’, ‘son inseparables la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior’.

¿Qué puedes hacer (o dejar de hacer)?

Además de recordar los diversos testimonios recogidos a lo largo de estos dos años en el apartado “Voces que claman” de los materiales que se han publicado, la Campaña ha planteado también numerosas propuestas concretas de actuación que podrían significar un cambio de actitudes personales y, a la larga, sociales que contribuirán a la construcción de una sociedad más justa.

Bajo el encabezado “¿Qué puedes hacer (o dejar de hacer)?”, las entidades promotoras han instado a leer la encíclica Laudato Si’, a reflexionar sobre la maravillosa diversidad de nuestro mundo, a acercarse a la naturaleza, que muchas veces está más al alcance de nuestras manos de lo que creemos; y a contemplar la increíble belleza de lo creado. La invitación se ha dirigido también a reflexionar sobre las causas y consecuencias de la degradación ambiental y de la pobreza, y a informarnos para tomar conciencia de la magnitud del problema al que se enfrenta la humanidad.

La campaña ha incidido en la urgencia de plantearnos nuestra forma de vida, sobre si necesitamos tantas cosas materiales, si realmente necesitamos vivir consumiendo tanta energía, tantos recursos o tanta agua. Además, ¿es nuestro apego a la tecnología algo fundamental en nuestras vidas? Sin despreciar su utilidad ¿podríamos vivir de una manera un poco más independiente de ella? La alternativa es un modo de vida más sobrio, libre de las ataduras del consumismo. La sobriedad, la simplicidad, es una forma de vida, un camino, y como la utopía, alguna vez debemos empezar a recorrerlo. Por eso, el regreso a un estilo de vida más sencillo es una solución: para las personas y para el planeta. Al plantearnos una forma de vida más consciente y austera, hay opciones como:
 
Consumir menos, de manera más justa y ajustada, siendo conscientes a la vez de la fuerza que tenemos como consumidores.
 
– Dar un paso hacia las alternativas que ofrece la Economía Social y Solidaria en nuestros actos cotidianos de consumo.
 
– Consumir alimentos procedentes de la agricultura y ganadería ecológica de nuestro entorno que preserven las variedades locales enriqueciendo la diversidad.
 
– Acudir a los Mercados Sociales en los que encontramos producción cooperativa, finanzas éticas y comercio justo. Saltarse la lógica de los Mercados Internacionales y consumir productos de Comercio Justo.