EL ANHELO POR LA PAZ EN SUDÁN DEL SUR

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Este es un extrato del mensaje enviado desde el corazón por el obispo emérito de la diócesis de Torit, Paride Taban, en el que analiza la actual situación de violencia que vive Sudán del Sur

 

Mis hermanos y hermanas de Sudán del Sur, la paz esté con vosotros:

Como consecuencia de las guerras, muchos sudaneses del sur se han traumatizado, han olvidado su identidad al ser separados de su país y su familia. Se han olvidado de la importancia de sus lugares de origen, donde nacieron y enterraban a sus bisabuelos. Por esto es por lo que podemos encontrar a alguien con una pistola en la tumba de los abuelos de otra persona. Olvidaron la cultura dada por Dios.

Durante mi juventud, cuando estaba en el seminario, pude viajar por todo Sudán del Sur. Vi como todos los sacerdotes estudiábamos en el Seminario Mayor y aprendimos a vivir como hermanos, como una familia. Vivíamos en paz y nos respetábamos mutuamente. No hubo derramamiento de sangre entre los miembros de la provincia. ¿Cuál es ahora el problema? Los sudaneses del sur parecen haber entendido ml el significado de la liberación de Sudán del Sur.

Hay algunos de nuestras comunidades que no respetan la cultura y las propiedades de otros. Nosotros, los seres humanos, fuimos creados para respetar, amar y servir a los demás, para compartir fraternalmente y no descartar y oprimir a otros. Y lo digo sin señalar a ninguna tribu ni comunidad. La situación y actitud que veo en la mayoría de los sudaneses del Sur no está de acuerdo con la creación de dios. He oído a algunos niños muy pequeños incluso amenazando a otros: “Hemos luchado por este país”. Pero no fue una tribu o familia la que luchó por la independencia de Sudán del Sur, sino todo el país. Si queremos que la verdadera paz reine en Sudán, todos los sudaneses deben tratarse como iguales, con amor y respeto, como una familia de un solo Dios. Tienen que hacer lo mismo que aquellos que les ayudaron.

Sudán del Sur nunca fue muy tribalista durante mi juventud. Ahora ha existido un intento de los sursudaneses de imitar a sus colonizadores y colonizar a sus propios hermanos y hermanas. Nos estamos muriendo porque no somos sinceros los unos con los otros. No nos comportemos como fieras. Digamos ahora estas palabras: amor, gozo, paz, paciencia, compassion, simpatía, bondad, veracidad, mansedumbre, humildad, autocontrol, pobreza, perdón, misericordia, amistad, confianza, unidad, pureza, fe y esperanza. Y le sumamos estas ocho frases: te quiero, perdóname, gracias, te extraño, nos extrañamos, juntos, estoy equivocado, lo siento.

SI hacemos esto, podemos tener paz permanente en Sudán del Sur.