CONSUMIR LO JUSTO DEPENDE DE TI

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Desde Fundación PROCLADE somos cada vez más conscientes de que el mundo está interconectado y que nuestra manera de vivir y consumir afecta de manera directa a los pueblos más empobrecidos. Por ello, desde hace ya varios años trabajamos en la sensibilización hacia un consumo más justo y responsable que ponga a la persona en el centro. Prueba de este trabajo son las campañas de Educación para el Desarrollo que hemos elaborado junto con PROYDE y SED. En la campaña que se encuentra actualmente en marcha, ‘La verdadera felicidad no cuesta dinero’, recordamos como en la sociedad consumista en la que vivimos, nos hemos acostumbrado a saturar nuestro tiempo libre con entretenimientos sofisticados o cargados de adrenalina a cambio de desvirtuar el disfrute de nuestro tiempo de ocio y de los planes sencillos de la vida. Así, proponemos que existen otras formas de vivir y disfrutar de​ nuestro tiempo libre que no pasan por un consumismo exagerado. 

En este 15 de marzo, Día del Consumo Responsable, queremos recuperar el decálogo que, en esta línea, nos hacían hace un año los chicos y chicas que participaron en el I Encuentro de Jóvenes por el Consumo Responsable. ¡Toma nota!

1. Hacer uso, en la medida de nuestras posibilidades, de alternativas de transporte públicas, comunitarias y sostenibles, dejando de lado el uso prioritario del coche particular. Haremos incidencia en nuestras casas para logarlo.

2. Informarnos del origen de las prendas que compramos y evitar consumir marcas que utilicen mano de obra infantil en sus procesos productivos.

3. Impulsar en nuestros centros educativos mercadillos solidarios y de trueque así como acciones de reciclaje que sensibilicen a la comunidad escolar.

4. Hacer un uso racional del agua, tanto en el colegio como en nuestros propios hogares, y concienciando sobre la necesidad de agua en el mundo en nuestros entornos.

5. Informarnos de los productos y procesos utilizados para fabricar productos tecnológicos, evitando comprar marcas no respetuosas con el medio ambiente y los Derechos Humanos.

6. Intentaremos buscar opciones alternativas al consumo de alimentos, optando por el comercio justo y por productos ecológicos, de cercanía y de temporada.

7. Controlar el desperdicio alimentario tanto en nuestros centros como en nuestras casas, intentando reducirlo al mínimo.

8. Hacer un uso racional de electricidad, desconectando aparatos eléctricos no necesarios durante las noches (routers, cargadores, etc.) o sustituyendo bombillas que se fundan por otras de tecnología led.

9. Hacer uso de fuentes de energía renovables que estén a nuestra disposición.

10. No dejarnos influir por la publicidad a la hora de determinar nuestras compras diarias.