Si algo nos han demostrado los acontecimientos de los últimos años es la íntima relación entre los empobrecidos y la fragilidad del planeta. Un hecho al que hace referencia el Papa Francisco en su encíclica ‘Laudato Si’ y en la que pide ‘cambios profundos’ en los estilos de vida, los modelos de producción y consumo y las estructuras de poder. Unos cambios en la producción y consumo que también se demandan desde Naciones Unidas. Durante 2015, la ONU daba el paso que llevaba meses anunciando: la adopción de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS). Una nueva agenda de cara a 2030 con la que se quiere transformar nuestro mundo en un planeta más sostenible cuyos recursos se utilicen de un modo más equitativo. En estos ODS, y a diferencia de los insuficientes Objetivos del Milenio, no se habla sólo de pobreza sino que también se ahondan en cuestiones como las desigualdades, el cambio climático, la equidad de género o la insostenibilidad de nuestros patrones de producción y consumo.
Desde PROCLADE ya llevamos unos años ahondando en las causas de la pobreza y la desigualdad. Convencidos de la necesidad de trabajar a ese nivel, durante 2015 hemos convertido a la Incidencia Social y Política y al trabajo en red en uno de nuestros frentes principales de trabajo. De hecho, así lo ratificaron nuestros voluntarios en la asamblea anual.
Esta memoria recoge esta apuesta pero también todos los proyectos que hemos desarrollado junto con nuestras contrapartes y de la mano de los pueblos más empobrecidos de la tierra. Y decenas de actividades de sensibilización, economía solidaria, consumo responsable, educación para el desarrollo… que han llevado a cabo nuestros voluntarios en las 15 delegaciones que tenemos repartidas por España y París. Además, incluye el informe económico de la Fundación en el 2015.
