Marta es una voluntaria de larga duración que lleva casi dos años viviendo en Jimaní, República Dominicana. Allí colabora con los Misioneros Claretianos, entre otros asuntos, en la Pastoral Materno Infantil, acompañando a 14 familias haitianas con menores en riesgo de desnutrición. Reconoce que en estos meses ha aprendido a valorar lo pequeño y lo cotidiano. Éste es su testimonio